miércoles, 1 de diciembre de 2010

cursi oscuridad lila


Un soplo de aire mueve tus cabellos, finos y brillantes bajo el sol del atardecer, en movimiento constante, como el inmenso mar, insinuantes ante mi vista. A la sombra de aquel chopo centenario, resguardada del aún intenso sol, protegiendo tu blanca tez, estás con los ojos entornados, pensativa. Cuanto daría yo por saber de tus pensamientos, toda mi fortuna pondría a tus pies, por tan siquiera una parte de ellos, bien merecería padecer este infortunio. Una lagrima vi resbalar en silencio, aún con los ojos entornados, y sin mediar palabra, entendí todo lo que por tu mente pasaba. ¿Cuanto tardarán en enterarse? La belleza no está en el exterior, está muy adentro de cada uno, en lo más hondo del corazón. ¿Cuanto tiempo pasará antes de que no sea demasiado tarde? El tiempo pasa sin mirar atrás, se escurren los segundos, uno tras otro, sin que nadie los pueda recoger. El último rayo de sol antes de la puesta, te da valor, y abres los ojos por fin, en tu mirar veo el brillo de los valientes, ese valor que puede con todo y con todos. Nada podrá ya parar tu determinación, lo veo claro, algo que ya sabía yo que pasaría, quizás te pierda por un tiempo, te irás lejos, pero siempre quedará ese día que nos miramos a los ojos. En la mente de las dos quedará grabado, nada de lo ocurrido será en balde, todo es parte de tu bagaje, ese que te llevará lejos para volver un día. Este día será grande, fiesta por lo alto vamos a dar, con lagrimas en los ojos volveremos a estar, más no serán por una despedida, sino por un dulce reencuentro.

2 comentarios: